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P odemos partir de este ejemplo para entender que la depresión en los niños es más que estar triste. Sí, la depresión infantil existe y de hecho en México ha ido en aumento, pero también es real que no siempre es tan fácil que los padres, profesores o personas cercanas a los niños puedan identificar- la, pues a sus ojos muchas veces parece tratarse de un niño "flojo", "berrinchudo", "torpe", "tímido", a quien más que proveerle de una escucha y comprensión se le presiona o regaña aún más por su pro- pio comportamiento. Así que, para actuar más asertivamente, es importante contar con la información necesaria. Aquí te presentamos los síntomas de la depresión infantil: Las caras de la T R I S T E Z A C O N T I N U A . Que antes de los 8 años puede no ser tan evidente y en su lugar, aparecer sentimientos de irritabilidad o enfado. Una manera de diferenciar cuándo es berrinche y cuándo depresión, es que el llanto frecuente o mal humor por berrinche se presenta ante las frustraciones, es decir, cuando el niño no consi- gue lo que quiere o se le priva de objetos o acti- vidades que desea, y en la depresión todo le pa- rece mal o le incomoda, se pelea con los amigos y la familia. P É R D I D A D E I N T E R É S E N L A S C O S A S QU E SOLÍA D I S FRUTAR ANTES . Abandona sus aficiones, no se interesa por nada nuevo y tie- ne una actitud apática. FATI GA EXPRE SADA COMO CAN SANCI O. Evita cualquier esfuerzo y el aburrimiento se apo- dera de él. S E A Í S L A C O N F R E C U E N C I A Y, P O R TA N T O , S E V U E LV E S O L I TA R I O . Deja de integrarse con sus amigos, evita salir de casa, pasa más tiempo viendo la televisión o jugando videojuegos y convive con grupos sólo cuando no tiene más remedio. C A M B I A S U S H Á B I T O S D E C O M I D A . Come más de lo habitual, sobre todo chatarra o bien, se vuelve más inapetente. Querido diario, hoy me he vuelto a sentir así, como sin ganas de ir a la escuela y con muchas ganas de llorar, no tengo nada de hambre y ya pensé que hoy tampoco se me antoja salir a jugar con mis amigas. ¡Ah! y con la mala suerte que tengo ¡falta que hoy por la noche, mis padres vuelvan a pelear por mi culpa! pues mis calificaciones en la escuela van de mal en peor. Cómo quisiera que mi abuela estuviera aquí para contarle todo esto que me pasa y que ella pudiera darme un fuerte abrazo de oso que me consolara aunque fuera un poquito... depresión infantil 8 R E V I S T A G I | S A L U D