Farmacias GI Mujer
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¿Se imaginan? ¿Convivir con gente así? No sería nada agradable ¿verdad? Los padres lo saben. Es por eso que se preocupan y día a día se esfuerzan por co- rregir todas aquellas conductas que desvían a su hijo a llegar a este propósito. Los padres desean que su hijo sea responsable, autosuficiente, ordenado, disciplinado, empático, solidario, honesto, acomedido, valiente, fuerte, asertivo, etc., habilidades que le ayudarán a enfrentar la vida y a ser feliz. Hacer todo esto requiere de mucho trabajo, ya que educar a un niño no es tarea fácil. Un niño es inconsciente de muchos de sus actos, a su edad no logra com- prender temas como: ¡Es por tú bien! No lo entiende por su falta de madu- rez cognitiva. ¿A qué se refiere papá o mamá con esa frase? Además, pareciera que el niño no escucha. Se le puede hablar una y otra vez, y ellos ni en cuenta; hasta se podría pensar que seguramente tiene algo dentro de los oídos que le impide oír, y que las indicaciones pudieran no ser las suficientes para que logre realizar una tarea que se le ha ordenado hacer. Ante tal situación no se deja esperar el "¡ahorita lo hago!"; pero el ahorita nunca llega. Promesas y juramentos que jamás cumplirá: ¡Te lo prometo! ¡Te lo juro! ¡Ahora si lo voy hacer! ¡Ya me voy a portar bien! ¡Ya voy a obedecer! Ante tal escenario, los padres comienzan a desesperarse al ver que han sido en vano todos sus esfuerzos por tratar de educarlo; que el hablar, pla- ticar, pedir por favor, etc., no ha sido lo suficiente. Entonces, sale de lo más profundo de su ser un ¡grito desesperado! GRITAR! ¡SIN Educa Para formar a un niño se requiere de mucha energía por parte de los padres para lograrlo, pero si no lo hicieran, el pequeño se convertiría en un adulto mal educado, indisciplinado, malhumorado, irresponsable, deshonesto, apático, flojo, etc. 20 R E V I S T A G I | M E N T E S A N A