M E N T E S A N A
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¿Estimular a nuestros hijos? ¿Llevarlos a clases de estimulación temprana?
¿Qué es? ¿Para qué? ¿A dónde los llevo? Son algunas de las preguntas que
se hacen los padres, principalmente los primerizos. Tan pronto como nace
su bebé, y a veces mucho antes, ya están preocupados porque su hijo crezca
sano y pueda ser muy feliz en su nuevo mundo. ¿Y por qué no estarlo? Si
el mundo al que llegan requiere de seres humanos muy habilidosos para
poder adaptarse.
E
l ser humano requiere de mayor tiempo para
desarrollar capacidades como caminar, ha-
blar, comer, etc., lo cual no podría lograr sin la
ayuda de su medio ambiente y de sus padres, a
diferencia de los animales que por sí solos lo ha-
cen. Por ejemplo, la jirafa a poco tiempo de haber
nacido, da sus primeros pasos aparentemente sin
mayor dificultad. La diferencia está en el cere-
bro del humano; su maduración requiere de
mucho más tiempo para lograrlo, que el de
la mayoría de las especies. Y un poco más
de tiempo para aquellos pequeñitos que na-
cen con alguna dificultad o discapacidad.