Los conflictos son situaciones que están
presentes a lo largo de toda la vida. Por ello,
es importante que desde pequeños nuestros
hijos tengan la capacidad de resolverlos, ya
que será de mucho beneficio para el desarrollo
de su personalidad y su autoestima.
Antes que nada, los padres deben dejar que
sus hijos experimenten con sus propios pro-
blemas y conflictos; posteriormente, se puede
intervenir para reforzar las conductas y orien-
tarlos para asumir y resolver las consecuen-
cias emocionales de sus actos. De esta forma
se puede conseguir que los hijos:
• Desarrollen su talento para relacionarse
adecuadamente entre chicos de edades e
intereses similares.
• Fortalezcan la capacidad para la toma de
decisiones importantes para el desarrollo
de su propia personalidad; y de esa manera
confrontar y resolver sus problemas.
• Aumenten su capacidad para enfrentarse a
dificultades.
• Aprendan a escuchar, dialogar y a negociar.
• Perfeccionen sus habilidades para lograr su
autonomía y buenos hábitos personales.
Al evitar que los hijos se enfrenten a sus
problemas, se les priva de conocer y probar las
herramientas que les permitirán desarrollar
estrategias para desempeñarse de manera
satisfactoria en la resolución de sus conflictos.
F A M I L I A
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