Farmacias GI Mujer
Issue link: http://gruporeforma.uberflip.com/i/616056
¿Cómo actuar si creo que mi hijo se droga? No dejarse llevar por el pánico. • Afrontar la situación sin dejarla pa- • sar por alto ni banalizarla. Actuar con serenidad y no dramatizar. • Dialogar. • Saber escuchar. • Ser firmes, claros y persistentes • definiendo la posición. Tratar de comprender ante qué • situación conflictiva nos encontra- mos realmente y cuál es su dimen- sión y alcance para poder apoyar, ayudar u orientar de manera ade- cuada a los hijos. No registrarle o estar todo el día a • la caza haciendo de detectives. Res- petar su derecho a la intimidad. Acudir a un especialista y contar • con la anuencia del hijo o hija. Por ejemplo, al Centro de Integración Juvenil (CIJ), www.cij.gob.mx, tel. (0155) 5212-1212, o con un profe- sional que ofrezca orientación y asesoramiento para poder afrontar la situación de la manera más ade- cuada posible. La comunicación es fundamental • porque los padres que están cer- ca de sus hijos, notan primero los cambios. La recomendación es que los padres se aproximen de manera progresiva y se den el tiempo para hacer conexión con sus hijos como ir juntos de compras o ver un parti- do de fútbol. Plantearles que están muy preocupados, que quieren sa- ber qué les pasa, y si están consu- miendo alguna droga. ción cerebral completa se alcanza hasta los 26 años de edad). El efecto nocivo (destructivo) en los adolescentes afecta de manera impor- tante aspectos neurológicos, neurofisio- lógicos, neuroquímicos, neuropsicológi- cos e inclusive, el psiquiátrico (en pocas palabras, altera el funcionamiento nor- mal del cerebro que puede repercutir en el desempeño académico, laboral, afec- tivo y familiar). Señales de alerta Cuando los cambios sobrepasan el pro- ceso propio de su edad es evidente que algo está pasando. Deben considerarse señales de alerta cuando los adoles- centes y los jóvenes: Están desaliñados, sucios y pasan va- • rios días sin bañarse, cambios bruscos en el cuidado y aseo personal. Bajan el rendimiento escolar o abandonan • sus estudios y dejan de interesarse por las actividades que antes les motivaban. Trastornos del sueño con insomnio o • pesadillas y temblores. Pérdida de peso o apetito excesivo con • sequedad de boca. Aislamiento físico. • Tendencia a aislarse en su habitación. • Disminución de la comunicación ver- • bal y afectiva en general. Empobrecimiento del vocabulario. • Cambios bruscos del humor. • Pérdida de responsabilidad. • Irritación de ojos y dilatación pupilar. • Dificultad para ejecutar procesos men- • tales complejos y deterioro de la me- moria inmediata; ansiedad y disforia. Cuando cambian los lugares y fiestas que • frecuentaban y empiezan a relacionarse con personas muy distintas a ellos, que suelen tener los estigmas del consumi- dor como tatuajes o accesorios alusivos a la marihuana u otras drogas, imáge- nes, nombres, signos, grafitis, etc. Agresividad y despreocupación por la • relación con los adultos, alteraciones del juicio y errores de conducta. La detección pronta es fundamental, sobre todo en los menores, ya que el uso de cualquier droga produce proble- mas de salud a corto y medio plazo, y porque también existe el riesgo de de- sarrollar una adicción. FAMILIA 7