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REVISTA-GIMUJER-SEPT-OCT-2014

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7 7 HOGAR Educación Los expertos recomiendan quererlo y aceptarlo como a otro miembro de la familia, con sus derechos, pero sin olvidar nunca sus obligaciones. Exigirle, partiendo de la base de lo que es capaz. A veces caerás en la "tentación" de hacer las cosas por él/ella; en estos momentos tendrás que recordar la importancia de la autonomía y la independencia cuando llegue a ser adulto. Foméntales la relación con otros niños (as), con y sin síndrome de Down. El juego y la participación serán im- prescindibles para su desarrollo personal. El objetivo para los padres tiene que ser formar un adulto maduro y responsable, capaz de sen- tirse bien consigo mismo, con los demás y los demás con él/ella, capaz de enfrentar retos y las dificultades que conllevan, tomando decisiones solo o con ayuda y, en definitiva, capaz de asumir su propia responsabilidad. El derecho más importante El derecho más im- portante de tu hijo (a) con síndrome de Down es el de ser persona. Tiene derecho a ser respetado, a ser edu- cado, a participar en la vida del lugar donde vive, a amar y ser ama- do, a disfrutar de su vida sexual, a un traba- jo y a tomar decisiones. Otro derecho muy importante es el deber. El deber de compor- tarse de acuerdo a las normas establecidas, de esforzarse en apren- der, de respetar las di- ferencias y de soportar las frustraciones. La confianza en tu hijo (a) evitando la so- breprotección hará que todo esto sea posible. La familia y los amigos El nacimiento de un (a) hijo (a), tenga o no síndrome de Down, va a suponer cambios; cada miembro de la familia necesitará su tiempo de adaptación. Si se tienen otros (as) hijos (as), trata de lograr una atmósfera en la que se pueda hablar libremente de sus sentimientos; el diálogo sincero y bien informado disi- parán sus dudas y preocupaciones. Si los/las hermanos (as) sienten que tienen un lugar seguro dentro de la fa- milia, aceptarán y apoyarán al nuevo (a) hermano (a) con síndrome de Down. Tanto con los otros (as) hijos (as), si se tienen, como con el resto de la familia (abuelos, tíos…), y amigos, tú actitud hacia el bebé influirá poderosa- mente en la que ellos adopten.

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