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¿ Q ué ti p o d e m a m á e r e s ? DE TEMPORADA 23 Si tu pequeño(a) regresa del colegio con un golpe, tú… Tratas de dialogar con los padres del otro pequeño. Solicitas hablar con la directora de la institu- ción y le exiges que castiguen al responsable. No es la primera vez que pasa y lo castigas. Si invitan a tu niño (a) a dormir en la casa de un amigo... Si él quiere, lo llevas y le ayudas con su maleta. No te parece buena idea, piensas que lo vas a extrañar. Aceptas de buena manera y lo llevas de inmediato. Te hace un berrinche en el supermercado por unos dulces… Eres estricta y no le compras nada. Tratas de ser firme pero finalmente cedes. Le compras todo lo que quiere. En su cumpleaños le regalas… Un juguete de moda y si es posible uno educativo. Miles de regalos. Le das dinero o un bono. A la hora de vestirse… Le preguntas en algunas ocasiones qué quiere. Le compras toda su ropa sin pedirle su opinión. Él mismo decide que ponerse. Si tienes una fiesta… Siempre lo dejas con un adulto. Regresas a la casa en una hora. Buscas a alguna vecina joven que esté desocupada. Si bien no eres exageradamente protectora ni desentendida, es indispen- sable que mantengas ese equilibrio emocional. Tiendes a sentir culpabi- lidad y cuando te dicen que estás haciendo algo mal te pones agresiva o a la defensiva. Aunque puedes estar actuando bien, recuerda que no necesitas pasar 24 horas con tu hijo para convencerte de que eres una buena madre. La clave está en buscar una vez a la semana un momento de calidad, cocinar juntos, ir al parque o leerle un cuento. Es conveniente evitar que tus hijos se vuelvan tu satélite. Para que ellos se sientan completos tienes que permitirles que vivan ciertas experiencias, de lo contrario podrías convertirlos en personas dependientes e insegu- ras. A medida que les des la oportunidad de que se lancen y aprendan a controlar su entorno, vas a estructurarlos y fortalecer su carácter y perso- nalidad. Se sugiere tener un diario para anotar todos tus compartimientos para afrontar esos miedos frente a la maternidad. En la crianza de un hijo es sustancial que existan tres elementos: diálogo, presencia y contacto. Si sientes que eres fría, tienes que empezar a traba- jar en ello. Reflexiona sobre la madre que no quieres ser, piensa en esos recuerdos no tan agradables de tu niñez (vuelve consciente lo inconscien- te) y comienza a construir antimodelos. Nunca olvides que siempre será posible aprender el idioma de la maternidad. Mayoría de B: Mayoría de C: a a a a a a b b b b b b c c c c c c Mayoría de A: