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El diagnóstico En 2008, Dermina González, esposa y madre de dos hijos, comenzó a te- ner constantes y fuertes dolores de cabeza, que no cedían ante ningún medicamento. Después de días con este pro- blema y de realizarse una tomogra- fía, se empezó a marear, a ir de lado y a perder control de sus movimien- tos, por lo que fue con la especia- lista Guadalupe Ramírez, quien le recomendó obtener una resonancia magnética. Al día siguiente fue cuando Dermina se enteró de qué era exac- tamente lo que le estaba pasando: tenía tres embolias cerebrales, pero por fortuna aún no colapsaban. Aun así, no podía ser operada por diferentes razones y ese fue el comienzo de más de una década de complicaciones de salud que enfrentaría Dermina por este pro- blema. la EnfErmEdad La doctora Ramírez explica que una embolia cerebral es cuando se de- tiene el flujo de la sangre hacia el cerebro, por lo que este comien- za a morir por falta de nutrientes y oxígeno. Este tipo de accidente cerebro- vascular se provoca cuando un coá- gulo bloquea o tapa un vaso sanguí- neo del cerebro. ataques cerebrales: focos rojos + Adormecimiento o debilidad en la cara, el brazo o la pierna, espe- cialmente en un lado del cuerpo. + Dificultad para ver con uno o con los dos ojos. + Dificultad para caminar, mareo, pérdida del equilibrio o coordina- ción. + Dolor de cabeza severo, sin cau- sa reconocida. + Pérdida de la conciencia o des- mayo. + Todos estos síntomas suceden de manera súbita. detección + Al momento de tener alguno de los síntomas, hay que ir rápida- mente al hospital para iniciar tra- tamiento. + Es recomendable que este inicie de tres a cuatro horas después de que se presentaron los síntomas. 55 El tratamiEnto Dermina estuvo internada alrede- dor de un mes para evitar que se le colapsaran los trombos, pero surgió un problema grave cuando entró en crisis de taquicardia supraven- tricular. Desde entonces ha tenido va- rias, siempre inmediatas y de ni- veles arriba de 220, por lo que ha sido hospitalizada en más de una ocasión. Al principio de su enfermedad, tuvo que pasar ocho meses acos- tada, prácticamente inmóvil, para evitar que colapsaran los coágulos. Una de las consecuencias de tener los trombos es que Dermina ha perdido la memoria a corto pla- zo y algo del control de su psico- motrocidad. Tras 10 años, ha tenido 18 epi- sodios y cada vez se complica más el estado de su corazón. Su hospitalización a inicios de marzo de este año fue por otra ta- quicardia, falta de oxígeno y una fi- brilación, lo que hizo que por prime- ra vez se desmayara. ahora... Dermina considera que pasar por su enfermedad ha sido una bendición y la agradece, ya que su vida cam- bió para bien y ahora la aprecia al 100 por ciento. Su lema es disfrutar completa- mente el hoy, porque el mañana no existe para ella y el pasado ya se fue. Además de gozar la vida con su familia y amigos, le sigue encantan- do trabajar en el mundo inmobiliario y disfruta mucho su pasatiempo de armar joyería, creaciones que regala. Hasta cierto punto ve estas ac- tividades como terapias ocupacio- nales, algo que cree es fundamental para las personas en rehabilitación. El mEnsajE Dermina considera que mucha gen- te no entiende que una enfermedad le puede pasar a cualquiera, por lo que ignoran la importancia de aten- derse a tiempo. "Lo más difícil para mí, al prin- cipio, fue darme cuenta que la tenía (la enfermedad), porque a mí no me podía pasar", comparte. Pero, una vez que la enfren- tó, tomó una actitud optimista, lo cual considera que la ayudó ante la adversidad, pues se comprometió completamente con las recomen- daciones de sus doctores, quienes le han llegado a decir que es un mi- lagro médico. Es así que comparte lo que ha aprendido en esta década. + Cuándo se tiene a Dios y a la Vir- gen en el corazón, todo se puede. + Contar con el apoyo familiar es vital. + Las mujeres son personas muy fuertes. + Nunca pensar que no hay forma de salir adelante. Doctora Lupita Ramírez doctoralupitaramirez@gmail.com rEcupEración Al comienzo de esta batalla, después de estar en reposo durante meses, Dermina co- menzó a nadar para recupe- rar la fuerza y el control de su cuerpo. En la actualidad todavía le cuesta algo de trabajo, ya que comenta que cuando va a decir una palabra, termina diciendo otra, cosa que en- cuentra desesperante, pero no tan difícil como perder la memoria. También le gusta visitar enfermos para compartirles su caso y apoyarlos, ya que entiende por lo que están pasando. "Nadie te puede enten- der mejor que yo, porque yo pisé la muerte muchas veces, y la sigo pisando", dice. Ahora, tras el episodio en el que se desmayó, ha aumentado la importancia de operar a Dermina lo más pronto posible para prevenir un infarto cerebral.